sábado, 31 de mayo de 2008

¡La hora de las poses...!


La humillación a un grupo de campesinos -¡entre las muchas que se dieron en Sucre!- ha sido la vía libre para que salgan a flote todas las hipocresías, todas las farsas, todas las poses. Fantástico regalo el que se le dio al gobierno para tapar el acto básico de provocación oficialista y excelente velo para disimular la presencia de los instigadores. La imagen de los campesinos arrodillados ocultó el rostro de los que los llevaron -¡una vez más como ganado!- a hacer bulto y a amedrentar... ¿no es cierto, don Sacha Llorenti, acarreador y manipulador, con plata del Estado?Y entre las farsas que han surgido, está la farsa militar. El Comandante en Jefe -¡nada menos!- protagonizó “un acto cívico-militar de desagravio al personal de nuestro glorioso (!) Ejército que fue maltratado y humillado”. Y todo ello, desde luego, al día siguiente de haber hecho la napoleónica declaración de que la Policía se había replegado, “¡y nos dejaron solas a las Fuerzas Armadas!”.
Pero, ¿de qué humillación está hablando el comandante Trigo? De una bandera de Chuquisaca que le entregaron a un sargento, ¡porque nadie pudo encontrar a los jefes! Y si el comandante quiere hablar de humillaciones, al primero que debería reclamarle es a su Capitán General que ha hecho todo para que los militares bolivianos aparezcan con una imagen de sumisión canina ante Chávez, sus cheques y los militares venezolanos. Y debería reclamar a los ministros que ordenan a las Fuerzas Armadas hacer tarea de policía... ¡con el ridículo correspondiente! Así fue en Viru Viru, de donde tuvieron que salir ante la amenaza de la retoma del aeropuerto, ¡por civiles! Y así fue en Camiri, donde la multitud los obligó al repliegue y así fue en Sucre, ¡retirándose protegidos por los ciudadanos! Como esta sucesión de episodios no es muy heroica ni muy gloriosa que digamos, mejor hacemos discursos y declaraciones rimbombantes... ¡Bien por la pose!
Pero si de poses se trata, ¡hay muchas más! Después de la vergüenza de la aprobación del revocatorio, Podemos dice que no quiere ir al “diálogo”. Además de vividores, ¡mentirosos! Porque Podemos ya ha logrado lo que quería desde el principio: trasladar el escenario político al Congreso. Es ahí donde piensa negociar todo, ¡incluyendo la Constitución del MAS! Su aparente divergencia con el gobierno, ¡es pose!
Como la del Vicepresidente -¡catedrático de la pose!- que organiza, y esto sí que es para posar, una reunión de “partidos”, con supuesta presencia y testimonio internacionales, para “apoyar el desempeño del Congreso como escenario de acuerdos... para lograr una nueva Constitución Política del Estado”. Sigo sin saber qué diablos tienen que hacer embajadores y representantes de “países amigos” -¿los demás serán enemigos?- definiendo cuáles son los escenarios de nuestra política... salvo que lo que quieran sea posar para la foto, incluyendo a algún monseñor muy proclive al papel de estrellita. ¿Alguien podría imaginarse a Sixto Valdez o al Gringo Gonzáles, en la Casa Rosada, mediando entre la señora Kirchner y la oposición argentina? ¿O a Gustavo Guzmán mediando entre Obama y Hillary?
Ahora, que al país le encanten las poses, es otra cosa. Desde que el altoperuanismo nos parió como república, nos gusta más la foto que la sustancia. Pero hay momentos especiales, hay coyunturas ideales para destilar hipocresía, falsedad y farsa. Hay que usar a los humillados, hay que exprimir la imagen, ¡para disfrutar la hora de las poses!
Cayetano Llobet

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