sábado, 14 de junio de 2008

No esperemos a que sea tarde


A semejanza del Alcalde Municipal de nuestra ciudad, el gobierno de Evo Morales ya ha colmado los límites de la tolerancia. Vamos en camino de ocupar el último lugar entre los países más pobres de América y cada vez con mayor empeño; pero hay algo peor: nos hemos convertido en el país peor gobernado del mundo. A semejanza del charlatán Chávez, el nuestro habla cotidianamente una sarta de expresiones, entre infantiles y absurdas, y entre tanta verborrea surgen abundantemente las frases imprudentes contra mandatarios de otros estados ocasionando que nuestro país sea objeto de lástima por haber tenido la estupidez de confiar el país a un iletrado. El despilfarro del erario en propaganda despiadada y mentirosa sustrae a las clases pobres de su derecho a vivir con dignidad. Diariamente tenemos que escuchar decenas de veces que "Evo cumple" mientras el país camina hacia el descalabro. Oportunamente habíamos advertido sobre la inconveniencia de conformar la desafortunada "asamblea constituyente" que dilapidó nuestros dineros y que fragmentó al país espiritual y físicamente. Habíamos comentado también que en Venezuela fue sólo el propio Congreso el que hizo reformas en su Constitución. Pareciera que los bolivianos aspiramos a otro récord, el de la estulticia.´
Frente a la verdad evidente de que "no hay razas superiores ni inferiores y sólo hay hombres buenos y malos, sean de piel blanca o de piel morena" , la errada y perversa prédica del gobierno no tiene la menor credibilidad. Sólo una alianza de las clases obrera y campesina con la clase media productiva e intelectual podrá desarrollar el proceso democrático que todos esperamos. Si permitimos la realización del "referendum" revocatorio tramposo a que nos quieren llevar, más vale organizar la defensa individual y colectiva contra la arremetida de las mesnadas masistas, sobre todo en nuestra ciudad, o emigrar al Oriente.
Debemos pensar antelada y meditadamente en una resistencia civil progresiva y firme, valiente, que evite que este Movimiento al Suicidio nos aniquile. Coincidimos plenamente con el Manifiesto de Cochabamba Unida, puesto que el único camino viable para cambiar el estado caótico que transitamos y que nos llevará a una sangrienta confrontación, es la renuncia de todas las autoridades administrativas del gobierno y la disposición perentoria para nuevas elecciones generales. Cualquier forma de proselitismo sólo conseguirá rebasar el hastío ocasionado por la propaganda masista tan absurda como derrochadora.
En una expresión del Presidente Melgarejo encontramos una apreciación muy acertada: "hasta que no se haga andar bien al indígena, no andará bien América". Pero ese andar nunca debió ser el de la rebelión y de la confrontación desatadas y estimuladas por el actual gobierno. Costará mucho lograr que la cabeza del Ejecutivo entienda la significación del ejercicio de gobernar, pues resulta indignante que luego de brutales atropellos a las leyes pretendan exigir a los demás que las cumplan. En penetrar a la pétrea mollera de los mandantes está el desafío para esa gran mayoría de bolivianos que lucharemos por conseguir un estado democrático equilibrado. Es el momento de tener presente que "una nación que no lleva el hierro en las manos termina llevándolo en los pies". No esperemos a que sea tarde para defender nuestros derechos, nuestra tradición, nuestra cultura, nuestras familias, lo que significa defender nuestra nación entera.
Hernán Garcia Prada

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