miércoles, 20 de agosto de 2008

Se revocó la cordura y se ratificó la crisis


La criatura del contubernio centralista no sobrevivió 72 horas. Con el quiebre del diálogo y el recrudecimiento de la violencia, la impostura del Referéndum Revocatorio, que gestaron Evo Morales y Tuto Quiroga, se derrumbó sin siquiera darnos el tiempo suficiente para terminar de ceder a la resignación dóxica ante sus resultados.

Hoy resulta insoslayable que se empujó al país a un oneroso corralito electorero camuflado de consulta democrática; a un escenario de agudización del conflicto hábilmente disfrazado de salida a la crisis.

No hay constatación en las calles de los resultados de este revocatorio. La rechifla que por tercer año cosechó García Linera en Urcupiña no se corresponde con la legitimidad que se presume habrían obtenido y el "mágico" 67% que Evo sacó de su sombrero no tiene correlato con el sentimiento del ciudadano de a pié. Hay en el ambiente un olor a manipulación, a juego sucio, que convierte lo que debió ser un factor de legitimación en un factor de ilegitimidad del poder.

Tras su consumación algunas preguntas se impone formularnos: ¿La demanda autonómica se extinguió? ¿Se terminaron la inflación, el hambre y el desempleo? ¿Discapacitados y rentistas lograron sus demandas? ¿Maestros y mineros cesarán las medidas de presión? ¿Nos deshicimos de los radicales o se inmoló a los racionales? El Referéndum Revocatorio costó más de Bs. 100 millones y tres vidas humanas, pero nada ha resuelto sino que las cosas han empeorado.

A horas de romperse el diálogo gobierno-prefectos vale la pena preguntar a quienes secundaron la conjura de Tuto ¿Quién ganó con el Revocatorio? ¿Se lograron los objetivos con los que Tuto tentó a las regiones a esta consulta? ¿Se revocó a Evo Morales? ¿Se conjuró la Constitución del MAS o se le ha dado a Evo la legitimidad de que no disponía para imponerla bajo argumento de que "con 67% su Constitución ya tiene 2/3"?

El pragmatismo centralista conspiró para acabar con el orden constitucional y frenar la autonomía mientras que líderes regionales entusiastas pero carentes de visión de país, cedieron al instinto tanático de entrar en contienda sin dimensionar los riesgos; de jugarse en apuesta dispar el capital político de dos años de luchas cívicas y articulación regional.

Considerando la nueva disposición geográfica del poder, ¿El proceso autonómico se ha consolidado territorialmente o es que el centralismo ha recuperado dos regiones del eje que caminaban hacia la autonomía?

Considerando los porcentajes de votación obtenidos, tanto por la media luna como por el gobierno nacional, ¿Los resultados han fortalecido a las democracias departamentales o es que más bien se ha consolidado objetivamente el respaldo a Evo Morales en territorios donde se suponía que no tenía pisada?

Un Evo con 67% no siente obligación alguna de hacer concesiones, mientras que un CONALDE que ha resignado cualquier perspectiva nacional, apenas alcanza a hacer resistencia cuando pudo ser contrapoder; a plantear salidas particularistas y una autonomía sin proyección nacional.

En respuesta a estas preguntas, alguna hipótesis se puede arriesgar: el Revocatorio ha consolidado la fractura del país, ha extirpado toda cuota de racionalidad del escenario político, ha cancelado la continuidad democrática en dos regiones, ha re-fortalecido la radicalidad y ha vuelto inminente el conflicto.

Erick Fajardo Pozo

No hay comentarios: