lunes, 29 de septiembre de 2008

¿Y qué payasada es esta?



Y dónde quedó el apoyo que el departamento de Pando le dió al prefecto Rubén Costas? Dónde queda el sentimiento de impotencia de Mario Cossío ante los bloqueos en Santa Cruz? Acaso Beni no puede dar una mano a Sucre en su pronunciamento por la capitalidad? Será que Leopoldo Fernandez es ahora férreo defensor de la media luna?
Puede Evo Morales hacer lo que le dé la gana en este país sin respetar las leyes ni tener objeciones contundentes que detengan su accionar?. Qué necesitan observar los veedores internacionales para reconfirmar el caos administrativo y social que viene realizando este gobierno? Será que Tuto va a reaparecer descaradamente como futuro candidato siendo que no hace lo mínimo para representar una oposición constructiva y sólida? Cómo puede un ciudadano normal, intervenir para que mejoren las cosas?
Y lo más importante para mí en este momento es qué hago con la rabia que siento al ver desde lejos cómo un pais se divide en odio, conflictos raciales,falta de respeto, impunidad, ambición, desunión y, sobre todo mucha, pero mucha ignorancia? No entendemos muchas cosas, es verdad, pero partiendo del principio de reconocer lo "Bueno" y lo "Malo" para nuestra sociedad es que podemos aventurarnos a opinar sobre la desesperante situación del país. Los cinco departamentos que conforman el bloque de oposición a las exigencias retrógradas de este gobierno cumplieron una labor excepcional, al demandar las autonomías departamentales como necesidad individual, pero cayeron en la ingenuidad de no mantener unidas las fuerzas ante las arremetidas del gobierno.
Si nuestros representantes de gobierno departamental son "parceiros" en los triunfos logrados (que bien sea reconocido el esfuerzo), por qué no pudieron estar juntos en sufrimiento, o sea dar modos de caer todos juntos si era necesario... la estructura de los movimientos departamentales autónomos tiene que tener la suficiente fortaleza para soportar el sometimiento de sus cabezas principales, aunque eso signifique perderlas.
El movimiento autónomo tiene que ser tan fuerte como nuestros caudillos por lo tanto no tendremos el miedo de perder una autonomía porque mataron a un Rubén Costas o hirieron a Leopoldo Fernández. Ellos son nuestros líderes y ante cualquier desgracia tenemos que estar preparados para fortalecer más nuestros ideales. Ví con gran lástima e impotencia cómo era maltratado e injusticiado el gobernador de Pando sin que pueda tener apoyo irrestricto de sus colegas... eso debilitó el movimiento autonomista?... claro que sí!!!, podían haber decidido el peor camino y enfrentarse contra el gobierno, desatando una guerra civil en desventaja?...Claro que sí!!! Por qué no sucedió?. Acaso este diálogo actual tiene alguna diferencia de los tantos encuentros fallidos anteriores?... Por supuesto que no!!! No me entra en la cabeza que todas las artimañas políticas de un movimiento denigrante por parte de este gobierno, sea más fuerte que toda una comunidad internacional que observa apaciblemente cómo nos quemamos los bolivianos. Tiene que existir una manera de ponerle freno a esta dictadura.El ascenso al gobierno no permite las atribuciones de dueño y señor de la verdad para imponerla a base de presión popular sometida a la más completa ignorancia. Hay que entender que somos un todo, y el daño que se le causó a Pando con todos sus componentes oscuros de manipulación y mentira confirma un duro golpe a todo el movimiento autonomista. pero será que podemos revertir la situación?...Claro que se puede y lo vamos a hacer!!!, simplemente, no queda otra, somos un pueblo pujante por naturaleza y no queda otra que vivir luchando, es así que vamos a conseguir la victoria, sin duda. Simplemente asumo con impotencia todas las dudas de un pueblo que clama por justicia y continúo preguntándome: Qué payasada es esta?
Jorge Carlos Orellana Peña




1 comentario:

Luis Eduardo Siles dijo...

El rol del poder ejecutivo boliviano en los luctuosos hechos de Pando fue a todas luces, “vil” e “indigno”. No hubiese habido ningún muerto ni herido, no hubiesen habido siquiera enfrentamientos si es que el Señor Ramón Quintana ministro de la presidencia, es decir el más cercano al Evo Morales, no contratara y organizara, presumiblemente con dinero venezolano, a cientos de campesinos en la localidad de Riberalta cuyos líderes fueron armados y preparados para enfrentarse militarmente, mientras el grueso era cínicamente utilizado como carne de cañón.
El señor Quintana ha sido filmado en un video ampliamente difundido anunciando prácticamente en detalle sus intenciones y amenazando al prefecto Leopoldo Fernández, recientemente ratificado en las urnas por el voto popular. Es un acto de desvergüenza y cinismo descarado que a pesar de estos antecedentes se siga insistiendo en el linchamiento de Fernández. Y que se pretenda que un proceso sobre los hechos pueda prescindir del protagonista principal, el señor Quintana. El video en cuestión seria evidencia suficiente en cualquier parte del mundo `para someterlo a proceso e incluso a una diagnostico siquiátrico.
El Hecho de que el prefecto pandino, un hombre con decenas de elecciones ganadas con el apoyo de su pueblo, haya sido secuestrado y tomado de rehén por parte del gobierno constituye una violación a los derechos humanos de Leopoldo Fernández y de los principios más básicos de legalidad. Pretender que luego de haber permanecido ilegalmente secuestrado en la Paz, sometido al incesante desfile de grupos irregulares contratados para amedrentarlo, Leopoldo Fernández no pueda ser ahora conducido a Sucre de acuerdo a un fallo judicial, solo revela el alma de linchadores de quienes, empezando por el presidente Evo Morales y el Vicepresidente García Linera. sustentan semejante despropósito. Ello no es de extrañarse puesto que Morales ha señalado en reiteradas oportunidades que se ríe en la ley y Linera a estado en la cárcel por actos terroristas en los que murió gente. En cuanto a la acusación que los jueces recibieron dinero para el fallo obviamente Morales no aportará jamás nada que se parezca a un prueba de semejante difamación.
La actitud de los líderes políticos de la oposición, de su colegas diputados y senadores, así como de los prefectos de la denominada media luna de no mover ni un dedo para representar los derechos del prefecto secuestrado es no solo un error político de gran envergadura sino la prueba de que la indecencia, y la falta de hombría de bien no son monopolio del oficialismo en Bolivia. El estridente silencio de los prefectos así como de Jorge Quiroga y Doria medina, dice muy poco de su verdadera catadura moral y de la talla de su eventual liderazgo. Este mutismo no solo abraca el caso de Fernández como tal sino concierne la situación de decenas de detenidos varios de los cuales fueron torturados, centenares de refugiados políticos, un numero solo comparable a la cantidad de exiliados durante los 7 años de dictadura de Banzer y es cómplice de la ocupación militar de Pando, donde el masismo se aboca a la tarea de destruir a la institucionalidad y a la sociedad pandina.