domingo, 14 de diciembre de 2008

¿Habrá referéndum en enero?


Entre los muchos temas que el gobierno logró alejar de la atención pública gracias a su astuta estrategia comunicacional basada en la sistemática provocación de conflictos, esta vez con los medios de comunicación, hay uno que se destaca y que es, sin duda, el que más angustia a sus ejecutores políticos: la proximidad del referéndum para rechazar o aprobar su proyecto de Constitución.
El asunto no es sólo motivo de preocupación para los estrategas gubernamentales. Ya es causa de pánico. Es que son muchos los indicios que señalan que, si se realiza el acto electoral, lo que le espera al oficialismo es una derrota o, en el mejor de los casos, un triunfo que, por lo ajustado y concentrado en tres departamentos del país, no sea suficiente para darle a la nueva Constitución la legitimidad necesaria.
No sólo las encuestas así lo indican. Las discrepancias internas en las filas del MAS y el fracaso de la “campaña pedagógica” ofrecida por sus aliados de Podemos y UN “para hacer entender” las virtudes del proyecto masista ocasionaron que la campaña por el Sí esté cada vez más lejos de alcanzar el apoyo de la mayoría de la población.
Como si eso fuera poco, amplios sectores de la sociedad, a pesar de no contar con líderes que orienten sus actos, sin organización, sin poder hacer campaña por el No por falta de recursos, contando sólo con el sentido común, espontáneamente dieron lugar a una corriente de opinión cuyo vigor amenaza con echar por los suelos las expectativas del MAS y sus aliados.
En esas circunstancias, y dados los antecedentes relativos a la habilidad con que el oficialismo adapta las circunstancias políticas y legales a sus propias urgencias, siempre con la ayuda de la oposición parlamentaria, surge una pregunta cuya respuesta llegará durante los próximos días: ¿habrá referéndum en enero próximo?
La indiferencia con que el gobierno y sus operadores parlamentarios encabezados por el Vicepresidente de la República dejan pasar los días sin hacer nada para evitar que la Corte Nacional Electoral quede paralizada a partir del martes próximo parece indicar que lo que realmente se busca es que el referéndum no se realice. Para sabotearlo, bastará que oficialistas y opositores se pongan de acuerdo, una vez más, para dejar vacantes las acefalías en la Corte Nacional Electoral.
Si eso ocurre, no podrá haber referéndum, por lo menos no en enero. En cambio, si a última hora se salva la institucionalidad del organismo, se habrá abierto la posibilidad de que el MAS sufra su primera gran derrota.
Difícil disyuntiva la que tienen ante sí los estrategas del oficialismo. Durante las próximas horas sabremos por cuál de los dos caminos optan.
Los Tiempos

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