martes, 19 de enero de 2010

El derrumbe de los mitos

A Evo Morales no le cayó nada bien la victoria del candidato “derechista” Sebastián Piñera en las elecciones presidenciales en Chile. Sabe que en lo sucesivo no tendrán a la mano una persona tan condescendiente en la presidencia del vecino país y que acuda prestamente a sacarle las castañas del fuego como ocurrió con Michelle Bachelet en el caso de los enfrentamientos de Porvenir en Pando.

Aunque se sabía de antemano que ganara Eduardo Frei o Piñera, la actitud de Chile hacia Bolivia y hacia el experimento chavista cambiaría, es indudable que la posición del segundo será más clara y firme respecto al vocinglero presidente venezolano y sus seguidores.

Hace unos años se anunciaba con sonidos de timbal wagneriano un supuesto giro a la izquierda en los países latinoamericanos y el abandono de los paradigmas neoliberales. Prescindiendo de los clichés que más que describir los hechos los ocultan es claro que no es conveniente describir los acontecimientos y el curso político en la región en término de fluctuaciones de la derecha a la izquierda o viceversa.

El contenido de los términos “derecha” e “izquierda” se ha tornado demasiado difuso. Ni la justicia social ni la igualdad es patrimonio de eso que se llama izquierda ni la conculcación de las libertades o la acumulación de la riqueza en pocas manos es una actitud exclusiva de la derecha.

En realidad se trata de dos abstracciones que deben confluir en un punto en el que exista una correspondencia entre la generación de la riqueza y su distribución. Eso es lo que quieren los pueblos de la región y la experiencia chilena lo está demostrando. Las poses demagógicas y las frases belicosas y estridentes sobre una supuesta lucha anti imperialista han resultado anacrónicas y solo pretenden ocultar la incapacidad para resolver los problemas que afectan a la región.

La dicotomía planteada en el pasado entre “izquierda” y “derecha” ha encontrado nuevas vertientes a la luz de los ideólogos “bolivarianos” que ayudaron a simplificar mucho las cosas. De “izquierda” es el que está al lado de Hugo Chávez y de “derecha” el que está en contra. A esta concepción maniquea, como no podía ser de otra forma, se adscribió Evo Morales que se benefició grandemente con los petrocheques de la época de bonanza en Venezuela y que por lógica consecuencia también se perjudicará por la crisis.

Chile ha dado la largada para la caída de los estereotipos que se habían generado al amparo del chavismo y como van las cosas, el ejemplo será seguido en Argentina, donde los esposos Kirchner solo pueden mostrar como resultado de su gestión, un escandaloso crecimiento de su fortuna.

Ciertamente están soplando vientos de cambio pero no se trata de los cambios que proclaman los ideólogos del MAS en Bolivia. Se trata del paulatino afianzamiento de la institucionalidad democrática dentro de criterios que van a contramano de pasajeras veleidades populistas cuyo bagaje ideológico resulta muy discutible.

Se sabe que existen aspectos en la política exterior chilena que son invariables, entre ellos el tema marítimo. Bachelet le hizo la gracia a Evo de incluir en una ilusoria “agenda de trece puntos” el tema marítimo a sabiendas que no existía posibilidad alguna de avanzar en su tratamiento, como efectivamente ocurrió. De Piñera solo se debe esperar que con menos sonrisas y abrazos que su antecesora, sea más claro al expresar que Bolivia no debe esperar un retorno al mar con soberanía sin dar más vueltas al asunto con lo que Evo y su patética cancilleria se verán obligados a trabajar en serio en una estrategia reivindicativa que responda al interés boliviano.

Por parte de Evo, habría que esperar el milagro de que ejecute en su segundo mandato una política exterior basado en la realidad del mundo y no en sofismas de siglos pasados, pero dado sus antecedentes es previsible que utilizando a las “organizaciones sociales” haga resurgir ese antichilenismo que le dio muy buenos resultados a la hora de derrocar a Gonzalo Sánchez de Lozada. Todo dependerá de las instrucciones que le envíen desde Caracas.

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